lunes, 24 de octubre de 2011

Día de desencanto.

Hoy por segunda o tercera vez en mi vida, en lugar de callarme he sido capaz de contestar. Y me invaden dos sentimientos, un amargor en la boca del estómago mezclado con nerviosismo e inquietud y a la vez un orgullo que me reconforta. Una mezlca un poco rara.
Últimamente estoy observando ciertas cosas en algunas personas, algo tan feo como que todos necesitan sentir que tienen a alguien por debajo, alguien a quien "pisar" para sentirse ellos un poco mejor. Desde hace tiempo ya he observado este comportamiento que no logro entender. En mi trabajo que yo sepa, me rodeo de compañeros/as, unas personas están por encima, pues por ello se llaman jefes y los demás somos todos parte de un engranaje en el cual cada uno tiene más o menos responsabilidades pero todas las labores son necesarias y no creo que haya nadie por encima o por debajo, esté en el puesto que esté.
Pues bien, ahora la nueva moda que observo es que cuando entra alguien nuevo y sobre todo JOVEN, se le "pisa", o sea, que se le ordena, que se le manda, que se le engaña para que trabaje más, o para que haga lo tuyo o simplemente por ese gustillo de estar por encima de alguien y que haga lo que tú le ordenas.
Hoy lo han intentado conmigo, claro, estos 25 años que parecen 20 ó 22 hacen que ese tipo de personas, que no sé de donde han sacado esa falta de compañerismo y, por qué no decirlo, de vergüenza, se crean con derecho a darme lecciones e incluso podría decir, engañarme para que yo haga mi trabajo y parte del suyo... Pues bien, como decía, hoy no me he callado, hoy lo he dicho, no he agachado la cabeza como otras tantas veces. Estoy aprendiendo. Hoy no me ha dado la gana. Además era mi primer día en el servicio.
"Perdona tú a mi no me conoces de nada, así que piensa bien lo que me dices".
No puedo decir que me sienta mejor, porque no me siento mejor, pero estoy harta, no soy una niña pequeña, que tengas tú 40 ó 50 años no te da derecho para hablarme de esa manera.
Y ya está, quería desahogarme, espero que nadie vaya a hacer que cambie la dulzura con la que me gusta tratar a los demás, pero sí es verdad que tengo que aprender a que cuando alguien se quiere pasar de listo conmigo porque sea jovencita, no se lo voy a permitir.
Después de todo esto tengo que decir que la persona en cuestión ha sido muy humilde y me ha pedido disculpas, lo que me hace ya pensar del todo, que por desgracia en esta vida hay que ir así, "a machete" que es como te ganas el respeto de los demás. Qué triste me parece.

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